La temida aparición de una «OPEP del gas» podría estar ya a la vuelta de la esquina si son ciertas las informaciones que maneja el diario ruso «Kommersant».
En su edición de ayer, el rotativo moscovita asegura que, según fuentes diplomáticas árabes, los principales productores mundiales de gas constituirán el próximo 9 de abril en Doha, la capital qatarí, una organización internacional para el control de los precios del codiciado combustible.
La idea surgió hace unos meses y causó auténtico pánico entre los países consumidores, sobre todo en Europa.
Los estados que lideran la iniciativa y que formarían el «núcleo duro» de ese cártel del gas son Rusia, Irán, Argelia, Qatar y Venezuela. «Los cinco países han alcanzado un acuerdo definitivo y el texto del documento fundacional está casi preparado», señalaba «Kommersant».
Esas naciones sumaron el 30,5% de la producción mundial en 2005. Se da la circunstancia, subraya el periódico ruso, de que «las conversaciones las están llevando, no los ejecutivos, sino los políticos y al más alto nivel». El lanzamiento de la «OPEP del gas» se hará en el marco de la reunión del Foro de Países Exportadores de Gas (GSEF).
«Kommersant» considera que el GSEF, creado en 2001 y cuyos miembros acumulan el 70% de las reservas mundiales de gas, ha sido hasta ahora una organización «inoperante» y, según las fuentes consultadas, «ha llegado el momento de realizar serios cambios en su funcionamiento, estructura y estrategia».
El mes pasado, durante una gira por varios países árabes, el presidente ruso, Vladímir Putin, dijo en Amman, refiriéndose a la Unión Europea, que «si los países consumidores de gas se coordinan para defender sus intereses, ¿por qué no vamos a poder coordinarnos también los países productores?».
Tras aquellas palabras, Samuel W. Bodman, secretario de Energía estadounidense, advirtió de que «cualquier iniciativa, sea nueva o vieja, de limitar el papel del mercado en la formación de los precios de los hidrocarburos vulnera, no sólo los intereses de los consumidores, sino también de los productores a largo plazo».
La sola idea de que los productores de gas puedan crear un mecanismo de coordinación más o menos vinculante ha causado siempre una profunda inquietud en la Unión Europea. El comisario europeo de Energía, Andris Piebalgs, admitió en Madrid el mes pasado que «me preocupa la iniciativa por que podría estrangular el mercado».
La UE importa el 40% del gas
Europa depende excesivamente de los suministros de gas procedente de Rusia y Argelia. Moscú envía cada año a la UE unos 160.000 metros cúbicos de gas natural y Argel 60.000 millones. La posibilidad de que ambos países hagan una «pinza», poniéndose de acuerdo en los precios y en el reparto del mercado produce escalofríos en Bruselas. La alarma ya cundió cuando los dos gigantes energéticos ruso y argelino, Gazprom y Sonatrach, firmaron en febrero un amplio acuerdo de cooperación.
La UE importa el 40% del gas que consume, porcentaje que subirá al 70% en 2030. Rusia aporta el 32% de la demanda europea.
Un informe elaborado por la Alianza Atlántica el año pasado soltó las campanas al viento. La OTAN alertaba sobre el inminente peligro del nacimiento del cártel gasista. Y es que es inevitable volver la mirada hacia 1973, cuando la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) redujo la extracción de crudo y decretó un embargo contra EE.UU. y Europa por la guerra en Oriente Próximo. El seis meses, el barril de crudo pasó de 2 a 12 dólares.
El primer país en apoyar abiertamente el proyecto de creación de una «OPEP del gas» fue Irán. El líder supremo de los iraníes, el ayatolá Alí Jamenei, propuso en enero a Rusia ser uno de los fundadores. Después fueron Putin y su homólogo argelino, Abdelaziz Buteflika, quienes lo consideraron «interesante».
La semana pasada, el ministro venezolano de Petróleo y Energía, Rafael Ramírez, dio también su apoyo a la nueva organización, pese a que Venezuela apenas exporta gas. Qatar, el anfitrión del encuentro, es, según «Kommersant», el socio más indeciso por su estrechos vínculos con EE.UU.
Más posibles socios
Libia, Turkmenistán, Kazajstán, Uzbekistán, Trinidad y Tobago e incluso Noruega podrían terminar siendo también miembros de esa «OPEP del gas», según la OTAN.
El politólogo ruso Mark Urnov cree que su país «no debe en ningún caso participar de tal idea. Ciertas malas compañías pueden dañar la reputación de Rusia». Pero Putin ya ha dado instrucciones para que acudan a Doha el ministro de Industria y Energía ruso, Víctor Jristenko, y el director de Gazprom, Alexéi Miller.
Fuente: ABC