Así como ocurrió con las voces que piden utilizar la opción de la energía nuclear en Chile, el Gobierno se mostró un tanto reticente a optar por una alternativa de trabajo que busque la implementación de los biocombustibles para ampliar la matriz del país.
La empresa de Etanol del Pacífico Sur S.A. (EPSA), pidió ayer al Ministerio de Agricultura, que aplique un conjunto de medidas para fomentar la producción del etanol en Chile.
“No hay posibilidad de desarrollar una industria de biocombustibles, si no se crea una ley del fomento a la inversión en agroenergía, donde el Gobierno financie alrededor del 50%. Además, para el etanol, necesitamos la eliminación del impuesto a las bebidas analcohólicas, que equivale a un 13%, al igual como se hizo con el impuesto específico de los combustibles hacia el etanol”, explicó el gerente general de la empresa, Francisco Marmijo.
“Queremos que esta ley beneficie a los pequeños agricultores y que sea destinado a asociaciones o agrupaciones, porque en esta economía de escala si tú no produces en grandes cantidades no es rentable”, agregó.
Actualmente el etanol se usa para aumentar el octanaje de las gasolinas. Según estudios realizados por EPSA, es económicamente viable producirlo en Chile a un precio de 250 pesos por litro. Sin embargo, el ministro del agro, Álvaro Rojas, afirmó que es difícil hacer un pronóstico respecto a la implementación del etanol en Chile, “pero de llegar a una etapa de decisiones, cualquiera sean éstas debemos estar a máximo un mes”, afirmó.
El secretario de Estado dijo que por ahora su cartera sigue recavando, información técnica de productividad, costos, estudios ambientales y de las regulaciones. “Estamos próximos a realizar una reunión entre todos los entes involucrados a nivel ministerial (Minería y Energía, Economía, Agricultura, Salud y Conama) para que con el conjunto de estos informes, tomemos las decisiones”, anunció Rojas.
Ventajas del etanol
La conveniencia de incorporar este biocombustible a la gasolina, reemplazando a los petroquímicos que actualmente son utilizados para aumentar el octanaje del combustible radica en que es más barato que los utilizados actualmente por la Empresa Nacional de Petróleo (ENAP) para este proceso el cual cuesta 40 pesos por litro.
Según Marmijo, debido al reducido valor con que sería posible producir el etanol, el precio de la gasolina bajaría inmediatamente entre 5% y 7%.
Hasta el momento, las intenciones del Gobierno están por permitir la aplicación de un 5% de bioetanol a las gasolinas, siguiendo el ejemplo de países como España. Esto para Chile significaría una cantidad equivalente a 180 millones de litros del combustible ecológico. Según los datos reunidos por EPSA, es posible producir 6 mil litros por hectárea, cantidad que es casi duplicable -a 11 mil litros- con la aplicación de nuevas tecnologías.
“Para producir esa cantidad son necesarias 30 mil hectáreas de maíz, lo que es prácticamente nada. Incluso el etanol se encuentra en una condición privilegiada frente al biodiesel, sentenció Marmijo.
PACTO ENTRE ESTADOS UNIDOS Y BRASIL REFLEJA TENDENCIA
Estados Unidos y Brasil firmaron el pasado viernes un memorando para abrir una nueva era de cooperación en biocombustible, en el marco de la estrategia de Washington para reducir su dependencia del petróleo.
El documento fue suscrito por la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, y el canciller brasileño, Celso Amorim, en el World Trade Center de la ciudad de Sao Pablo.
De esta forma, ambos cancilleres dieron un impulso clave al inicio de un acuerdo estratégico sobre la producción de etanol, el combustible extraído de vegetales, del cual ambos países dominan el 75 por ciento de la existencia mundial.
En lo medular, el pacto suscrito permite la coordinación de Brasil y Estados Unidos para establecer estándares internacionales destinados a los biocombustibles, abriendo nuevos nichos y su comercialización en los mercados foráneos.
Ambas naciones aseguraron que además fomentarán la producción de este combustible alternativo en países de Centroamérica y el Caribe, para responder a la creciente demanda mundial de esta fuente de energía alternativa al petróleo.
Fuente: La Nación