Pese a ser uno de los principales impulsores del proyecto de GNL de Mejillones, a que si participaba del plan podía reducir sus costos de generación y a que era visto como una «salvación» para sus problemas económicos, GasAtacama no figura ni entre los socios ni entre los clientes del proyecto que, la semana pasada, lanzaron sus dos únicos socios: Codelco y Suez.
Al no participar del proyecto -básicamente por razones económicas- GasAtacama pierde todas sus opciones de generar electricidad a costos más baratos que el petróleo diésel, con lo que prácticamente perpetúa su deficitaria situación económica y queda más cerca que nunca de quebrar.
Según un ejecutivo de la empresa, que reconoció este escenario, GasAtacama siempre estuvo dispuesto a comprar, pero la sociedad GNL Mejillones no consiguió contratos por más gas en el extranjero y sólo logró el equivalente a 450 MW, menos de un tercio de la capacidad de generación del norte grande.
«No hay más gas. Tampoco lo hubo para los clientes mineros, que consumen 1.500 MW, pero que consiguieron sólo 450 MW», explica una fuente al interior de la generadora, cuya propiedad comparten Endesa y Southern Cross.
Las salidas
Este escenario se podría revertir de dos maneras: que vuelva el gas argentino a la zona norte y, lo que se ve un poco menos improbable, que le sea favorable el arbitraje que mantiene con la distribuidora Emel para revertir un contrato por el cual GasAtacama está obligado a venderle electricidad a precio de gas natural.
Esto implica que sólo las mineras pertenecientes al «G-4» -Collahuasi, Codelco, BHP Billiton y Phelps Dodge- serán los clientes de la sociedad. Ellos traspasarán el 50% del gas a Edelnor-Electroandina (de Codelco y Suez) y el resto a GasAtacama, pero sólo para generar electricidad para ellos, con precios más bajos.
450 MW
Las mineras requieren de una potencia de 1.500 MW de electricidad, pero el terminal de GNL de Mejillones las proveerá de sólo 450 MW.
Fuente: El Mercurio.