En el Centro de Biotecnología de la UdeC desean potenciar sus capacidades humanas para seguir trabajando fuerte en materia de biocombustibles.
¿Sabía usted que el raps, el maíz, la remolacha y el trigo se pueden utilizar como materia prima para elaborar biocombustibles?
Es más, ¿conocía de la posibilidad de generar biodiésel en base a las algas? Bueno, aunque parezca una complicada tarea, hace ya un par de años que estas opciones se han transformado en una posibilidad concreta que tiene Chile para diversificar su matriz energética.
Es tanto el impulso que se le quiere dar a los biocombustibles, que las autoridades de gobierno, encabezadas por el ministro de Agricultura Alvaro Rojas han señalado que se trata del año clave para su despegue. Dicha certeza, es compartida a cabalidad por los especialistas regionales que están generando investigación que permita producir, por ejemplo, el biodiésel, un atractivo sustituto de la gasolina.
Según señaló el director de la Unidad de Desarrollo Tecnológico (UDT) de la Universidad de Concepción, el doctor Alex Berg, efectivamente se está frente a un próspero escenario, incluso, él es parte de un comité formado bajo el alero del ministerio de Agricultura, donde se debate sobre el actual escenario de los biocombustibles.
En esa línea, enfatizó que además de todas las investigaciones que se realizan -muchas de ellas concentradas en la UdeC-, para concretar la producción de biocombustibles es necesario evaluar las condiciones económicas y técnicas. A corto plazo, el especialista explicó que habrá una alternativa concreta para la calefacción en los hogares.
Se trata de una generación térmica industrial a partir de biomasa (pellets de madera o astillas), alternativa ambientalmente más atractiva y, se espera, también más económica.
A mediano plazo, se trabaja en tres áreas.
Primero, en la conversión termoquímica de la madera para generar combustible líquido; en segundo término, en la producción del bioetanol ( que en Brasil ha sido todo un éxito gracias a la grandes plantaciones de caña de azúcar) y, en tercer lugar, en la generación de biodiésel en base a aceites vegetales como del raps o la soja.
Nueva fuente de riqueza
Otra de las ventajas de los biocombustibles es que generan nuevas fuentes de riquezas al reactivar sectores relativamente reprimidos como el del maíz y del trigo, potenciales materias primas. Así opinó el director del centro de Biotecnología de la UdeC, doctor Jaime Rodríguez.
En dicho centro trabajan en la generación del bioetanol y biodiésel. Rodríguez explicó que la idea es obtener el biocombustible desde la madera y residuos agrícolas.
Otra novedad que tienen los científicos de esa institución se basa en producir biodiésel de algas, lo cual contribuiría a capturar Co2, poniéndose además a la altura de los actuales requerimientos ambientales que hoy deben primar.
Urge el cambio
Datos duros y que revelan una preocupante dependencia con otros países, son los que avalan la necesidad de acelerar la producción de nuevas alternativas energéticas.
Por ejemplo, Chile importa el 72% de la energía que produce y el 98% del petróleo es importado. Esos números fueron claves para que el gobierno se propusiera sustituir, de aquí al 2010, entre el 5% y el 6% del diesel y la gasolina usada para los vehículos, todo ello, en base a remolacha, raps, maíz y trigo.
En Europa ya tienen 20 años de experiencia y hay una tendencia mundial hacia los agrocombustibles. El principal productor mundial de biodiésel es Alemania con 1.920 millones de litros al año.
En Sudamérica destaca Brasil, caso que fue conocido recientemente por una delegación de la UdeC campus Chillán, liderada por Fernando Bórquez. En Cascavel, se vio la posibilidad de adquirir maquinaria y se estrecharon lazos en materia de biocombustibles.
Fuente: Diario El Sur