No fue una reunión normal entre dos jefes de Estado. La visita de Evo Morales, presidente de Bolivia a su vecino, Luiz Inácio «Lula» da Silva de Brasil la semana pasada fue objeto de controversia aun antes de que se inicie.
Morales por presión de sus colaboradores de ser estricto con las compañías extranjeras que operan en la industria del gas en Bolivia, amenazó con cancelar el viaje a menos que se le prometa que Brasil pague más por el gas boliviano -tácticas descriptas por diplomáticos brasileros de acuerdo a reportes de prensa.
Las tácticas funcionaron. Morales volvió a casa con una sustancial ayuda para la renta boliviana. Pero la forma en que el negocio fue hecho, con dos presidentes interviniendo en lo que normalmente hubiera sido simplemente relaciones comerciales entre dos compañías, ha empujado el nivel de controversia a niveles más altos.
Petrobras (Grupo Petrolero Brasilero controlado por el gobierno) dice que no hubo cambio en el contrato existente, dice Adriano Pires de CBIE una consultora de la industria del petróleo en Río de Janeiro. ¿A quién están tratando de engañar? El contrato fue roto.
Esta es otra señal de la enorme incertidumbre que hay en Brasil. La forma en que el negocio fue estructurado parece diseñado para permitir que se diga una cosa y suceda otra totalmente distinta.
El precio que Petrobras paga por el gas natural a YPFB su contraparte boliviano, US$ 4,20 por unidades termales británicas, la unidad standard en la industria.
Pero Petrobras pagará más. Esto es porque el gas natural boliviano, como cualquier otro gas natural, trae consigo un componente líquido compresor butano, propano y otros productos de mas valor que el metano, su principal componente. Inusualmente, Brasil no separa estos productos primarios y no paga extras por ellos.
Luego de la reunión de la semana pasada los brasileros dijeron que la suma sería de alrededor de US$ 50 millones por año, pero los bolivianos dijeron que seria tres veces más que este monto. Si los bolivianos están en lo correcto, Brasil pagará cerca de los US$ 5 millones por BTU que Bolivia estaba pidiendo.
Político opositores en Brasil, dijeron que Lula da Silva había violado la constitución al decidir imponer un costo adicional a los consumidores brasileros. Sus colaboradores insistieron en que el trato era un emprendimiento privado entre dos compañías.
Pero Lula mismo dijo que el acuerdo fue un acto de generosidad hacia el vecino mas pobre de Brasil, mientras su Ministro de Energía dijo que había sido geopolítico por naturaleza.
Esa interpretación parece no tener sentido. Bolivia provee alrededor de la mitad del gas natural consumido en Brasil. Brasilia tiene una exploración avanzada de sus propias reservas desde que Morales nacionalizo la industria del gas en mayo pasado.
Fuente: Financial Times / La Nación de Paraguay