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(Argentina) Llega a los subtes y trenes el ahorro de electricidad

Dic 18, 2006

* Por pedido del Gobierno, hay menos subterráneos y los ferrocarriles bajarán la velocidad.

La crisis energética llegó a los andenes. Por pedido del Gobierno, algunas concesionarias ferroviarias reducirán en los próximos días la velocidad de los trenes, con lo que se proponen ahorrar el 10% de electricidad. Y, desde hace dos semanas, los subterráneos de Buenos Aires circulan con el 30% menos de frecuencia en las horas no pico.

En absoluta reserva, en los últimos días el Gobierno les ha transmitido a empresas de varios sectores la inquietud por las restricciones eléctricas. En el caso de trenes y subtes, los contactos fueron con Metropolitano, Metrovías y TBA.

La semana pasada, mientras el calor y la falta de inversión provocaban cortes en las redes de distribución de la Capital y del conurbano bonaerense, el Gobierno logró bajar, mediante llamadas a grandes empresas y a shoppings para que reprogramaran la producción o bajaran el aire acondicionado, al menos 300 MW, una cantidad que se acerca bastante a lo que produce, por ejemplo, la central de Atucha, que genera 350 MW. El jueves último, en tanto, se sumó un problema: la salida de funcionamiento de la central de Embalse, que genera unos 650 MW. Según fuentes oficiales, volvería a funcionar en los próximos días.

La orden oficial sobre los ferrocarriles fue reconocida a La Nación por ejecutivos de las concesionarias: en una reunión desarrollada hace algunos días en la Secretaría de Energía se les solicitó el referido plan, por lo que cada empresa elegirá el modo de ahorrar. Algunas se opusieron: la única forma es sacando los servicios de los cartoneros, transmitieron en uno de esos encuentros. Otras encontraron la solución en la velocidad. La información fue confirmada por fuentes del Gobierno.

Ya el año pasado, por la misma razón y con manifiesto sigilo, algunas formaciones circularon con menos vagones.

En los subterráneos, todo es más complejo. Metrovías y algunos funcionarios oficiales negaron terminantemente la razón de la medida. «No hay ningún pedido del Gobierno; no es falta de energía -dijeron a La Nación voceros de la firma del grupo Roggio-. No estamos haciendo otra cosa que aplicar el plan de verano de todos los años». En un despacho oficial, coincidieron: «No es cierto que se estén espaciando los subtes por encargo nuestro».

Sin embargo, otros ejecutivos que trabajan habitualmente con el Gobierno y con las empresas de transporte, y empleados con diferentes funciones en la compañía indicaron que ese cronograma estival, que suele aplicarse desde el 2 de enero, se adelantó por requerimiento oficial. «El año pasado empezamos entre el 10 y el 15 de diciembre -insistieron en Metrovías-. Es cierto que el cronograma de verano arranca en toda su dimensión en enero. Pero se inicia en diciembre y aumenta progresivamente.»

La reducción de frecuencias y sus motivos fue advertida por La Nación hace semanas, pocas horas después de tomada la decisión, en una de las estaciones. Por los altavoces, se oyó: «La línea B circula con demoras por decisión unilateral de la empresa de retirar el 30% de los coches en servicio». Consultados, empleados de la estación afirmaron que se trataba de una medida para ahorrar electricidad. Desde entonces, el concesionario ha dejado de consignar en los televisores de los andenes la frecuencia de las formaciones, que subió de 4 a 6 minutos. El resultado es una imagen fácilmente detectable entre las 10 y las 17.30, durante el lapso de mayor consumo de electricidad en las oficinas, y desde las 20.30 en adelante: formaciones repletas de pasajeros viajan como en horas pico.

¿Por qué tanto misterio y tantas versiones? Preocupado por la energía, el Gobierno se ha comunicado con las empresas para que tomen tales determinaciones, pero con un pedido expreso: que cada decisión sea transmitida como idea de la compañía. Roberto Baratta, subsecretario de Coordinación y Control de Gestión del Ministerio de Planificación, fue el encargado de informar a las compañías.

Plan frustrado

La estrategia se toma después de haber abortado, hace un mes, la iniciativa de ahorro más drástica: una comisión conformada por representantes de distribuidoras eléctricas, de la industria manufacturera y funcionarios del Ministerio de Planificación había empezado a trabajar en un plan que se aplicaría durante el verano, desechado luego por la Casa Rosada, donde se lo consideró políticamente inviable. Incluía cancelación de espectáculos deportivos nocturnos, monumentos públicos y vidrieras a oscuras durante la noche y reprogramación de turnos fabriles.

Los cortes de los últimos días fueron provocados por el calor, que saturó cables y transformadores. La demanda crece a raíz del uso de artefactos domésticos y las redes de distribución no han sido expandidas en la misma proporción. Las distribuidoras se quejan en voz baja de que el nivel tarifario (que en el área metropolitana es hasta 80% más bajo que en el interior del país) no les permite hacer inversiones.

Así, las tarifas se han convertido en un problema para el sector público y el privado. No era ésa, en realidad, la idea de Néstor Kirchner antes de asumir el cargo en la Casa Rosada. Su plataforma electoral, dada a conocer durante la campaña en reuniones privadas con los empresarios, y de la que aún se conservan folletos, preveía lo que hoy parece un suicidio político: aumentos graduales de tarifas domiciliarias en luz y gas durante el primer año y medio de gestión.
Fuente: La Nación.

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