Argentina decidió el lunes que la energía eléctrica generada por el Estado será destinada en primera instancia, desde noviembre, a pequeñas empresas que no tienen otras opciones de abastecimiento, dejando sin cobertura asegurada a las medianas y grandes firmas.
La medida es una señal de los tiempos difíciles que espera el gobierno en el campo energético, en momentos en que la demanda de electricidad rompe records todos los meses, sin que las inversiones programadas para aumentar la oferta alcancen a seguir el ritmo.
El total de energía generada por las centrales en manos del Estado representa el 15,6% de la capacidad instalada en el país, según datos de la Asociación de Generadoras de Energía Eléctrica de la República Argentina.
A esa oferta debe sumarse la generada por hidroeléctricas privadas cuya venta aún no esté comprometida, que también tendrá como prioridad a las pequeñas industrias.
En los fundamentos de la resolución, el gobierno dijo que «el sostenido crecimiento de la demanda de energía eléctrica, derivado de la recuperación económica producida desde el 2003, requiere de la toma de decisiones para garantizar su abastecimiento».
Según los analistas consultados, la medida logrará garantizar el abastecimiento para clientes residenciales, comercios y las pequeñas industrias, que son las que consumen hasta 300 kW.
Pero un incierto número de empresas medianas y grandes que requieran más energía que la que consumieron en el 2005 deberán negociar en forma directa con las generadoras privadas cuánto pagarán por esa electricidad extra.
Y si bien la resolución no lo indica, según los analistas todo hace presumir que será mayor al actual.
Sin embargo, el precio de esa oferta adicional no será libre ya que deberá ser autorizado por el gobierno.
«Lo que están haciendo es poner freno a la demanda, sin decirlo», dijo una fuente del sector eléctrico que pidió no ser identificado, lo que podría afectar el fuerte ritmo de crecimiento de la economía.
Para suplir la demanda adicional de las empresas más grandes, el gobierno autorizó a firmas con generación energética propia o generadores que están fuera del mercado mayorista a ofrecerla en contratos de provisión directos.
Crisis
Argentina llegó a registrar el julio picos máximos de consumo superiores a los 17.000 MW.
El país atraviesa su tercer año con restricciones energéticas, que según el gobierno es responsabilidad de un atraso en las inversiones privadas.
Las empresas, en tanto, aseguran que con las tarifas virtualmente congeladas desde el 2002 no existen incentivos para elevar la producción y la capacidad de transporte.
El gobierno llamó en agosto a una licitación para la construcción de dos centrales termoeléctricas que aportarán desde 2008 unos 1.600 MW de potencia.
Pero la fuente del sector se mostró escéptica.
«Estas dos licitaciones de plantas ya llevan prácticamente un año de atraso. Las consecuencias las vas a pagar en 2007, porque tendrían que ya estar operando en 2007. Se siguen retrasando y el dinero no aparece», dijo.
Fuente: Reuters.