Q

(Chile) Chile producirá biocombustibles

Ago 23, 2006

* Maíz, trigo, raps, rastrojos agrícolas de caña del maíz, pastos, hierbas, residuos de la industria forestal y de podas y raleos pueden convertirse en la materia prima de futuras gasolinas que, mezcladas con la tradicional, reducirán la actual vulnerabilidad energética del país.

La bioenergía constituye una oportunidad de negocios para el sector agrícola chileno y de haber un marco regulatorio, para el 2010 el país estará produciendo etanol y biodiésel a escala comercial. Es que tal como lo expresó ayer el director ejecutivo de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), Rodrigo Vega, “reducir nuestra vulnerabilidad energética como país resulta prioritario”.

Según él, en cuatro años más, el “país podría estar utilizando a escala comercial biocombustibles derivados de la agricultura”.

Para entonces, los actuales combustibles fósiles podrían incorporar entre un 5 y un 10% de etanol proveniente de la industria agrícola nacional.

Ya se han plasmado algunos esfuerzos. Se creó un grupo de trabajo constituido por el Ministerio de Agricultura, el Ministerio de Transportes, la Conama, la Superintendencia de Electricidad y Combustibles y la Comisión Nacional de Energía para analizar las especificaciones que debiese tener este tipo de combustibles en el país, las normas de calidad y su impacto en la agricultura, la disponibilidad de tierras y la sustentabilidad.

Empresas como Iansa y ENAP iniciaron en marzo de este año, estudios de factibilidad técnica y económica para la generación de biocombustible. La idea es que a partir de cultivos como el maíz, el trigo y los raps, se pueda producir etanos y biodiésel.

Para la creación de una política de biocombustibles, Vega mencionó que falta se debe evaluar el balance energético de los biocombustibles derivados de los cultivos tradicionales y nuevas variedades que se pueden incorporar a la actividad de cultivos nacionales. La investigación también debe incluir un análisis de la disponibilidad y uso actual de suelos, riego, mano de obra y técnicas de producción, a nivel regional y nacional, para prever posibles situaciones de competencia entre alimentos, agroexportación y biocombustibles.

Segunda generación

Vega dijo que la tecnología para producir bioetanol a partir de maíz, trigo y otros cultivos ya existe. En el caso del biodiésel de oleaginosas, también ocurre lo mismo. “Por ende, la meta de producir etanol de aquí al bicentenario es perfectamente posible, incluso a más corto plazo”, declaró.

Los biocombustibles no sólo serán de gran ayuda a la hora de intentar dejar de depender de las fluctuaciones internacionales del precio del petróleo, de la política de los países productores o de los despachos de gas desde Argentina, sino también son una oportunidad para la agricultura chilena. Según Vega, “su producción traerá trabajo y crecimiento económico para el sector silvoagropecuario, además de reducir la contaminación del aire y el efecto invernadero global”.

Proyectando más allá del 2010, Vega recalcó que el país debe prepararse para producir biocombustibles de segunda generación. Esto es, biocombustibles producidos a partir de materias lignocelulósicas, como los rastrojos agrícolas de caña del maíz, paja de trigo y otros, pastos, hierbas y madera, especialmente residuos de la industria forestal y desechos de la silvicultura, como podas y raleos no comerciales.

Actualmente, éstas son materias primas con escaso o nulo valor comercial pero que pueden ser aprovechadas para producir biocombustibles líquidos y gaseosos en biorrefinerías integradas.

“Este tipo de tecnologías, ya se está desarrollando en el mundo y calculamos que tendrán aplicaciones comerciales a partir del año 2010 en adelante”, precisó el director ejecutivo de FIA.
Fuente: La Nación.

Lo último
Te recomendamos

REVISTA DIGITAL

Temas relacionados

Suscríbase al Newsletter Revista Electricidad