«Cuando uno tiene posibilidades de negociar, que no es el caso acá, normalmente mayor seguridad implica mayores precios. En este caso nosotros no estamos en condiciones de pedir nada y los argentinos no están dispuestos a dar nada», explica el consultor Sebastián Bernstein sobre la situación de Chile y Argentina por el tema del gas.
El ex secretario ejecutivo de la Comisión Nacional de Energía -que participará en la conferencia «¿Hay crisis energética? La salida»- explica: «Diría que tiene un cierto fundamento el alza de precio en la medida en que uno haya aceptado que los argentinos pueden cobrar lo que ellos quieran. La verdad es que no nos ha quedado más que aceptarla (esa lógica), porque no teníamos alternativa. Entonces en este caso nos están subiendo el precio, pero no nos están dando más seguridad, es una situación bastante inusual. Y nuestro poder de negociación es y ha sido muy bajo».
-Entonces, ¿qué puede hacerse con Argentina?
«Lo que estamos haciendo frente a Argentina y lo que está haciendo toda la industria de la energía, el Gobierno y los privados es francamente salirse del tema argentino definitivamente a través de obras que nos van a dar independencia energética. Siempre vamos a estar comprando carbón y petróleo fuera, pero ya no gas a Argentina».
«Entonces lo que se está tomando son medidas de independencia energética que están motivadas fundamentalmente por razones económicas y es lo correcto. Las empresas están ya sea con el proyecto de GNL para respaldar el gas de las redes a los usuarios industriales y residenciales y en el sector eléctrico, a través de ir mutando hacia hidroelectricidad y carbón. Eso toma tiempo, tres o cuatro años, pero se está haciendo».
«Entre medio no tenemos muchas variables, salvo hacerle ver al gobierno argentino la molestia por los incumplimientos reiterados de toda regla de parte de ellos. En ese sentido, celebro que la Presidenta haya mandado una nota de protesta, porque me pareció que el tono con que estábamos aceptando todos estos atropellos argentinos era excesivamente blando. Creo que se pusieron las pilas en esta respuesta reciente».
«Obviamente los argentinos no nos van a hacer ningún caso. Pero frente a ese dato por lo menos estamos haciendo ver la molestia del Gobierno chileno y que quede patente y no tener una posición excesivamente obsecuente, que era la que teníamos antes».
-Entonces, ¿su evaluación es que el manejo del tema energético fue una obsecuencia en un principio y ahora se está tomando el camino correcto?
«En el manejo del tema energético, propiamente tal, no tengo ninguna crítica, ha sido bueno, porque se han dado todos los pasos y facilitado los pasos, tanto por el Gobierno como por parte del mundo político y también de los agentes, para salir del problema argentino».
«La aprobación de la ley corta, que fue por unanimidad, por ejemplo, es un paso que muestra la seriedad de nuestro país. Con la ley corta, claro, los precios suben, pero nos independizamos de Argentina».
«Así es que yo no tengo ninguna crítica a la política energética del Gobierno. Sí tenía crítica respecto de una posición muy blanda con Argentina, y obviamente las reacciones recientes del Gobierno van en la línea correcta».
-Si el Gobierno chileno hubiera sido más enérgico desde un comienzo con sus pares argentinos, ¿se podría haber obtenido una solución?
«Una solución completa no. Creo que el gobierno argentino de todas maneras habría atropellado el protocolo de integración y habría puesto el pie arriba de los contratos de suministro, pero quizás pudiéramos haber negociado un suministro mínimo más alto del que actualmente tenemos, que no está negociado, sino que está prácticamente concedido por los argentinos, que es para el consumo residencial».
-¿Cree que el Gas Natural Licuado es realmente una alternativa rentable?
«Para el tipo de consumo que se le daría al GNL me parece que hace sentido. Como los mayores consumidores del proyecto son agentes privados que han tomado la decisión libre de entrar o no entrar, no es un proyecto forzado, es un proyecto que es económico para esos consumidores. Creo que efectivamente nos da una garantía para ciertos suministros básicos, por ejemplo el consumo residencial y una parte del consumo industrial puede efectivamente ser garantizado con Gas Natural Licuado, más caro, pero ¿más caro que qué? Porque nos acaban de subir el precio, entonces en realidad ya no es mucho más caro, antes era mucho más caro que el gas antiguo argentino, pero ya no».
-Además de la hidroelectricidad, ¿es el carbón el que está ganando más terreno?
«De la hidroelectricidad no cabe duda, hay muchos proyectos hidroeléctricos que se están reactivando. El carbón también, porque tiene precios más estables que el GNL. Al final van a entrar las tres cosas: hidroelectricidad, carbón y también GNL».
Fuente: Emol.