«Entendemos que se trata de una situación súper especial, y creemos que hay que brindar apoyo. Y lo que señaló el gerente general es que en esta etapa nos haremos cargo del alza del gas, por las retenciones adicionales, por lo que no serán traspasadas a los clientes residenciales».
El mensaje es claro y proviene de Mauricio Russo, el gerente comercial de la mayor compañía distribuidora de gas del país: Metrogas.
La firma -cuyos principales accionistas son Gasco y Empresas Copec- se comprometió formalmente ayer ante el Gobierno a no subir las tarifas del gas a este segmento de clientes, pese al aumento de precio de hasta 72% que experimentará el insumo proveniente de Argentina, luego que ese país decidiera aplicar un nuevo tributo a la exportación de gas a Chile.
La noticia fue señalada también por la ministra de Minería y Energía, Karen Poniachik, quien dijo que «estamos confiados en que este mayor costo del gas no se traspasará a los precios de los clientes residenciales, y, de hecho, el anuncio de Metrogas apunta a garantizar que este mayor costo no será traspasado a los clientes de la empresa».
El mismo camino de Metrogas -que cuenta con unos 340.000 clientes residenciales, los que representan el 98% del número de consumidores y el 31% de las ventas de gas de la compañía- será seguido por las compañías distribuidoras de la V Región -Energas y GasValpo-, según fuentes de la industria.
Las compañías ratificaron ayer su compromiso con la autoridad -el que venía estudiándose desde hace algunas semanas-, en vista a no elevar los precios a los clientes residenciales al menos hasta fin de año -pese a que cuentan, por ley, con libertad tarifaria-, cuando Argentina y Bolivia renegocien alzas en el precio del combustible.
Para explicar la decisión, Mauricio Russo apunta que «en cualquier caso tenemos que mantener nuestra competitividad, y eso implica no aumentar nuestros precios discrecionalmente». En efecto, según datos de la industria, mientras el precio para un consumo de gas residencial de 58 metros cúbicos mensuales cuesta unos US2 por millón de BTU, su equivalente en gas licuado -su principal competidor- es de US7,4 el millón de BTU.
Sin embargo, los que no correrán con la misma suerte de los usuarios residenciales serán los clientes industriales, ya que éstos sí tendrán alzas en sus tarifas de parte de las distribuidoras de gas. «Hay que tener claro que los precios internos deben reflejar el nivel de escasez relativa, y si el gas cuesta más, alguien tendrá que soportar el mayor costo, aunque no los residenciales», asegura el secretario ejecutivo de AGN Chile, Carlos Cortés.
Esta decisión ha generado críticas de parte del mundo industrial -pese a que hoy prácticamente no está recibiendo gas-; sin embargo, la ministra Poniachik apuntó que los privados «son libres de decidir si compran el gas o no», y si sube o no el precio a los industriales obedece a «contratos entre privados».
Respecto de las declaraciones del ministro de Planificación Federal argentino, Julio de Vido -quien llamó a revisar el actuar de las distribuidoras chilenas-, la ministra Poniachik endureció su posición y dijo que las autoridades chilenas no se refieren a los asuntos internos de los otros países, «por lo que me parece que los dichos de la autoridad trasandina no corresponden, me parecen inapropiados».
En este sentido, las compañías distribuidoras apuntan que sus rentabilidades viven un período coyuntural de bonanza y que sólo compensan en parte la inversión hecha para poner en marcha la industria, la que supera los US00 millones.
Sin embargo, la CNE está pronta a terminar un estudio sobre el tema, el que entregará a la Fiscalía Nacional Económica y al Ministerio de Economía, que la analizarán en el marco de las leyes respectivas. «Si determinan que la rentabilidad es mayor (a lo permitido), tendrán que tomar las medidas que corresponda», dijo Poniachik.
Fuente: Emol.