Chile rechazó de plano el viernes la intención de Bolivia de cambiar gas por mar.
El canciller subrogante, Alberto Van Klaveren, dijo que «hemos recibido muchas señales del gobierno boliviano y las que nos preocupan extremadamente son las del ministro de Hidrocarburos (Andrés Soliz Rada) que ha vuelto al tema de gas por mar».
«Esa posibilidad está absolutamente descartada», afirmó.
El diplomático precisó que «el Gobierno de Chile no está dispuesto a negociar gas por mar. Nos parece que es una propuesta absolutamente descartable».
Bolivia perdió su mar en una guerra con Chile en 1879 y las relaciones diplomáticas se han cortado en forma intermitente, la última en marzo de 1978, al fracasar negociaciones para poder retornar al océano Pacífico.
Aunque Chile ya rechazó antes la posición boliviana de cambiar gas por mar, Bolivia arremetió de nuevo con la idea el miércoles, cuando Soliz dijo en Buenos Aires que «la política gas por mar está plenamente vigente y está respetado en este acuerdo».
Negocios con Argentina
Bolivia firmó esta semana un nuevo contrato de compra-venta de gas natural con Argentina, en el que reajustó fuertemente el energético a los argentinos. También incluyó una cláusula en la que prohibió a los argentinos desviar a Chile gas boliviano.
Argentina vende gas natural a Chile, unos 18 millones de metros cúbicos diarios, pero la política del gobierno del presidente Néstor Kirchner de satisfacer en primer lugar las necesidades internas, afectan el abastecimiento a este país, que en época de invierno ha sufrido hasta casi un 100% de escasez.
La presión de Bolivia a la Argentina agudizó las preocupaciones de las empresas chilenas, especialmente de las generadoras de electricidad del norte, que abastecen a las grandes mineras locales. El reemplazo del gas argentino por petróleo encarece en casi un 40% la producción.
Relaciones
El ministro boliviano, Andrés Soliz Rada reiteró que su país podría vender termoelectricidad a Chile, «que es lo que más necesita la minería chilena y guardarnos el gas natural para la negociación marítima».
La mediterraneidad boliviana periódicamente afecta las relaciones con Chile, las que mejoraron después de muchos años, a fines de 2005, con los entonces Presidentes Ricardo Lagos, de Chile, y Eduardo Rodríguez, de Bolivia.
La distensión siguió con Bachelet y el Presidente Evo Morales al punto que a mediados de junio se iniciaron conversaciones privadas entre los dos países, con una agenda sin exclusiones. El diálogo es a nivel consular.
Fuente: AP.