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(Argentina) Instan a firmas a usar energía propia

Abr 12, 2006

* El Gobierno piensa pagarles los costos a las que empleen sus equipos de generación eléctrica.

Para evitar cortes de electricidad, el Gobierno estudia incentivar a las industrias para que usen generadores propios durante los picos de saturación de demanda energética: les pagaría a las empresas la diferencia de costos por utilizar la alternativa, más cara que la habitual.

Así lo explicó ayer, en el hotel Alvear, el secretario de Energía, Daniel Cameron, durante un seminario organizado por la Cámara de Empresarios Argentinos de la Energía, una nueva agrupación gremial empresarial que preside Marcelo Mindlin, propietario de Edenor.

Cameron cree que la idea podría ser aplicable si se produjera alguna restricción en el futuro, como los cortes de electricidad que ocurrieron a fines del año pasado o a principios del actual. Piensa, en concreto, en los días más calientes del verano próximo o los fríos del invierno siguiente.

«Aparecen en el horizonte riesgos en determinados momentos de 2007 y 2008 -dijo-. Sabemos que son eventos que pueden ocurrir, pero que no serán más de 7 ó 10 días en el verano, y 7 ó 10 días en el invierno, por lo que no los consideramos algo estructuralmente complejo. Obviamente, la ocurrencia de estos eventos atenta contra la confianza, y ya estamos estudiando algunas medidas regulatorias transitorias para revertir esa posibilidad, tales como la instalación de generación distribuida, ya que algunas instalaciones están a punto de saturación, o posibilitar la gestión de una demanda ordenada remunerando el esfuerzo para quien ahorre energía».

Hasta ahora, la crisis energética afectó el abastecimiento de gas, con cortes a industrias y usinas, pero no tanto el suministro de electricidad. Sólo hubo interrupciones de luz rotativos durante un mes a 31 plantas industriales en el otoño de 2004 y, más recientemente, los cortes en distribución domiciliaria por la saturación de las redes.

De todos modos, la preocupación persiste. No era ayer un día normal para la industria energética. Habían pasado unas pocas horas de un enredo que llamó la atención entre todos los ejecutivos: el Gobierno había autorizado anteayer, con una publicación en el Boletín Oficial, el primer aumento de tarifas domiciliarias, para después suspenderlo el mismo día, tras una gran repercusión periodística, hasta el año próximo. «Ese aumento lo frenaron las tapas de los diarios», protestaron en una de las empresas.

El contexto llevó a Mindlin a reiterar un pedido público de Edenor: una tarifa social. «Se avanzó mucho en un montón de temas, aunque a mí me hubiera gustado que fuera más rápido. Ahora viene la etapa más difícil, las residenciales. Nosotros proponemos incluir en los aumentos a los que pueden pagar y una tarifa social. Hay que entender las restricciones sociales. Existe un problema inflacionario y hay que hacerlo de manera gradual, segmentar la demanda.»

Mindlin cree, sin embargo, que el efecto en los precios está sobredimensionado. «El impacto en los índices inflacionarios es mucho menor que el impacto político.» El consumo eléctrico agrupa hoy a un 40% de usuarios que usa entre 0 y 300 kW por bimestre, un 39% de entre 300 y 600 kW y un 21% con más de 600 kW.

La propuesta de Mindlin no está lejos de lo que imaginan en algunas áreas del Gobierno. Cameron, por ejemplo, no descartó ayer que se dividieran los clientes domiciliarios. «No es algo en lo que yo esté trabajando, pero en el futuro no habría que descartar una segmentación», sostuvo.

«Agoreros del fracaso»

La búsqueda de alternativas para mejorar el horizonte eléctrico alcanzó también al ministro de Planificación, Julio De Vido, que cerró el seminario. Habló de la posibilidad de construir usinas hidroeléctricas e incrementar la generación nuclear. «Hay países que están retomando estas centrales como una alternativa de generación limpia, lejos de ser contaminante», dijo.

Intentó tranquilizar a los empresarios con un recuento que repite cada vez que encabeza un acto para el sector: enumeró las obras que se están haciendo, desde mayo de 2004, para ampliar la oferta. Recordó, además, a los analistas que pronosticaron la crisis energética. «Seguiremos escuchando, sobre todo ahora que hace frío, a los mismos agoreros del fracaso, que ahora también hablan cuando hace calor. Es importante su aporte, que hagamos un análisis desinteresado para generar un buen clima de negocios, que es el que existe hoy en la Argentina.»
Fuente: La Nación.

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