«Endesa se equivocó. No era necesario llevar 50 carabineros. Somos gente decente, pacífica», dijo Víctor Hugo Puchi, presidente del directorio de Aqua Chile, frente al despliegue policial en la junta de accionistas de Endesa realizada el martes.
Puchi, ex presidente de Salmonchile, sorprendió participando en la junta, hasta donde llegó con algunos ambientalistas para plantear reparos a la construcción de cuatro centrales hidroeléctricas que proyecta Endesa en Aisén.
«Pretendíamos que la empresa escuchara el punto de vista de la gente de Aisén y demostrar que no es un tema personal. No nos hacemos ni más ricos ni más pobres vendiendo nuestro campo», enfatiza.
Puchi y sus hermanos son dueños de 11.000 hectáreas en la zona. Unas 2.000 se localizan en el lugar de la represa.
Los Puchi se criaron allí. Sus padres fueron dueños de grandes terrenos. Pero les fue mal, tuvieron que vender sus campos y los hijos las empezaron a comprar de nuevo en los ‘90, cuando sus progenitores, «desafortunadamente ya habían fallecido», dice Puchi.
Reconocemos las necesidades energéticas del país, dice Puchi, pero se requiere un diálogo mucho más amplio del tema, una visión de largo plazo, donde se recojan experiencias en otros países, alternativas tecnológicas, impactos positivos o negativos de estos proyectos en la región.
Se muestra abierto a soluciones intermedias, a la posibilidad de centrales hidroeléctricas, pero sin represa, «que es lo más dañino. Mata la ganadería y afecta el turismo», dice.
Advierte que no hay que tomar decisiones apresuradas, a la luz de una emergencia energética. Y conociendo el pensamiento del nuevo gobierno, está convencido de que va a haber un espacio para la discusión, para escuchar las posiciones y poner elementos técnicos, adelanta.
Por esas vueltas de la vida, en su pelea contra Endesa, Puchi se encontró en la misma trinchera con el ecologista Douglas Tompkins, con quien desde su cargo de presidente de SalmonChile protagonizó enconadas luchas por las críticas del estadounidense a la gestión ambiental de las salmoneras.
«Hubo expresiones mutuas que mostraban profundo desacuerdo y este evento de la Patagonia es una oportunidad para que personas como él y como yo tengan un diálogo», afirma.
Asegura que no es ambientalista, «soy un fanático de la naturaleza, de origen campesino, que respeta la naturaleza, en un nivel distinto de un ambientalista», aclara.
«Lo que importa ahora es defender la Patagonia de algo que ambos creemos que puede tener un efecto negativo para la región», dice.
Fuente: Emol.