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(Bolivia) El MAS venderá gas natural a la región, pero a mejor precio

Ene 9, 2006

* Oportunidad histórica. Autoridades y expertos coinciden en que el país está en condiciones de ser el núcleo energético de la región. * Bolivia-Chile. El vicepresidente electo dijo que se mantendrá la política gas por mar. En ese país aún se habla de comprar gas boliviano. * Costo mínimo. Para vender gas a otros países de la región, se fijará como tope mínimo el precio que actualmente se cobra al Brasil. * Renegociación de tarifas. El MAS buscará mejores precios para la venta de gas. Un experto sugiere revisar el contrato con Brasil.

El gobierno del Movimiento al Socialismo (MAS) apuntará a que Bolivia se convierta en el referente para la definición de precios de gas natural del Cono Sur.

El vicepresidente electo, Álvaro García Linera, señala que Bolivia tiene un papel privilegiado en el continente, por tener la principal reserva de gas del Cono Sur y la segunda en Sudamérica, después de Venezuela. Añade que otros aspectos que privilegian a Bolivia son el contexto de encarecimiento de los hidrocarburos y la ubicación geográfica del país, “porque está en el mero centro de un conjunto de países que requieren este energético”.

En este marco, el MAS buscará que el país se convierta en el núcleo energético del continente.

“Lo que queremos hacer es aprovechar esta oportunidad histórica que nos brindan nuestras reservas de gas en el contexto regional para convertirnos en abastecedor de este energético a los países que demandan, pero en términos de precios favorables a Bolivia”, sostiene la autoridad.

Un primer paso —indica el vicepresidente electo— será establecer como tope mínimo para la venta de gas boliviano la actual tarifa de exportación al Brasil, que llega a US,25 el millón de BTU. “Este precio es el tope mínimo con el que hay que mirar al continente”, indica.

Para el analista Humberto Vacaflor, esta afirmación podría resultar perjudicial para el país cuando la perspectiva es que los precios del gas comiencen a subir. “Poner US,25 como precio mínimo en esta perspectiva es un precio muy barato, puesto que en los países vecinos ya se está hablando del doble”.

Al respecto, el ex superintendente y ex ministro de Hidrocarburos, Guillermo Torres, afirma que, si hay urgencia de vender el energético, el límite del precio tendría que ser el costo marginal de producción a largo plazo, es decir, un precio mínimo. Mientras que el tope mayor debería ser el de un energético sustituto en el mercado donde se vaya a exportar gas natural.

“Si se quiere sustituir, tiene que haber un incentivo (…) Por ejemplo, si una industria en Sao Paulo está usando fuel oil, para convencerla de que use gas, hay que venderle el gas un poquito más barato de lo que paga por el fuel oil”, explica Torres.

Pero el precio mínimo que menciona el vicepresidente no es definitivo. La nueva autoridad precisa que este monto “es susceptible a un mejoramiento sustancial en los siguientes meses, respetando los acuerdos”.

Álvaro García Linera manifiesta que la modificación de precios es un tema de negociación complicado porque no hay un precio uniforme. “Tiene que ver con negociaciones, acuerdos, argumentos técnicos, pero el tope mínimo es el actual precio al Brasil, y el tope máximo es el de los grandes mercados del norte”.

Torres coincide con el MAS al asegurar que es el momento de conseguir precios más altos para vender el gas. “Hoy los precios están deprimidos. Pero hay que pensar en llegar a los precios elevados del mercado internacional en un mediano plazo”.

La ex autoridad sugiere que los futuros acuerdos de venta incluyan un precio base. “Es muy peligroso partir con contratos con precios bajos, cuando en el mercado internacional están altos. Si esos precios, que pueden ser de especulación, empiezan a bajar, van a hacer que baje más nuestro gas y eso sería desastroso”.

Humberto Vacaflor sostiene que el país tiene todas las opciones para convertirse en un referente de precios de gas para la región. “Para Argentina, Brasil y Chile, es un referente porque estos países que tienen que comprar Gas Natural Licuado a nueve dólares, entonces Bolivia les puede cobrar por debajo de ese monto, quizá a US”.

Mientras, Torres afirma que el país tiene que convertirse en ese referente para el Cono Sur. “Si no lo hace, entonces estaríamos dejado un espacio a otros países que no tienen por qué hacerlo, porque el gas lo tiene Bolivia”.

A diferencia de lo que sucede con el petróleo, no existe un precio uniforme, mundial o continental para la venta de gas.

Una nota de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) indica que el mercado internacional de gas se compone de diferentes mercados regionales, por lo que no es posible hablar de un mercado mundial para este producto. “Aunque exista una tendencia hacia una cierta liberalización del mercado en todo el mundo, éste sigue estando muy regulado en muchas regiones. Los distintos grados de liberalización explican una parte de las diferencias de precio que existen entre los diferentes países”.

El organismo cita como ejemplo los precios en Estados Unidos, que son muy competitivos y fluctúan en función de la oferta y la demanda. En Rusia, donde existe un monopolio, los precios internos son bajos y los precios de exportación son más elevados. En Europa —agrega—, el precio del gas natural está más influenciado por la competencia con combustibles alternativos.

En estos mercados, el precio promedio del gas natural fluctúa entre los US a US1 por millón de Unidades Térmicas Británicas (BTU, por sus siglas en inglés).

Torres señala que en América Latina no existe una referencia de precios de gas, puesto que una gran parte de los países de la región recién están comenzando a desarrollar este mercado.

La excepción —indica— es la Argentina, que tiene un mercado maduro en gas, puesto que el 51% de su matriz energética primaria consume este energético.

Torres explica que para reajustar el precio del gas, se aplican fórmulas que toman en cuenta la variación de precios de otros energéticos de uso más común.

La estrategia energética que aplicará el gobierno entrante contempla tres componentes: aprovechar los mercados abiertos para vender el gas, promover el proceso de industrialización interna y generación de un valor agregado y dejar reservas estratégicas para el consumo interno para las siguientes décadas.

El total de las reservas (probadas y probables) del país llega a 48,5 trillones de pies cúbicos (TCF, por sus siglas en inglés).

Uno de los principales mercados del gas boliviano es Brasil, que demanda 28,5 millones de metros cúbicos diarios de gas (Mmcd). La venta se realiza a través del gasoducto Bolivia-Brasil (Gasbol), cuya capacidad llega a los 30 Mmcd. Por esta razón, el gobierno de Brasil estudia la posibilidad de ampliar el gasoducto.

El otro mercado importante para Bolivia es Argentina. Un acuerdo bilateral de exportación del energético a dicho país establece el envío de 7,7 Mmcd. Actualmente, Argentina requiere un volumen adicional de 20 Mmcd para el Gasoducto al Noreste.
Fuente: La Razón

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