Aunque el actual repunte en la cotización internacional del gas «será probablemente absorbido» por las empresas importadoras, según Balotta, reconoció también que el incremento es considerable.
El empresario fue consultado sobre la posibilidad de que la energía eléctrica se constituya en nuestro país como una opción válida al gas licuado de petróleo (GLP) para la cocción de alimentos, considerando los altos costos de importación y atendiendo a que la energía eléctrica es generada en abundancia en nuestro país y con ella se podría evitar la fuga de divisas.
Balotta dijo que no es descabellado pensar en esta posibilidad, e incluso remarcó que en varias oportunidades propuso esta alternativa para la reducción de costos, siempre y cuando también el Gobierno impulse una tarifa diferenciada o reducida.
«Es un absurdo que nuestro país, siendo uno de los principales productores de energía eléctrica en Sudamérica, esté importando el volumen de gas que está trayendo del exterior. Pero creo también que aún no dan los números como para pensar en que sea el sustituto ideal, porque no se implementa una tarifa social diferenciada que apunte al sector doméstico», señaló.
Agregó que el Estado tendría que hacer un esfuerzo e incentivar este tema, para evitar que sigan saliendo divisas del país.
De acuerdo a un estudio elaborado por Ricardo Canese, especialista en temas energéticos, en la mayoría de los países del mundo las empresas eléctricas ofrecen tarifas «fuera de punta» a nivel residencial que son mucho más baratas en relación al momento de su máxima demanda eléctrica.
Explica que si en nuestro país se considera esta idea de implementar una tarifa diferencial «fuera de punta», se podría no solo ahorrar la fuga de un millonario monto de divisas, sino que el consumidor también podría cocinar con energía eléctrica hasta 50% más barato en relación a lo que le cuesta preparar sus alimentos con el gas licuado de petróleo (GLP), de acuerdo a los precios actuales.
Fuente: ABC Color.