«Es una medida inamistosa e inaceptable del gobierno argentino»; «es torpe e ineficiente… es la gota que rebalsó el vaso».
Éstas son algunas de las recciones que provocaron en la clase política chilena el anuncio trasandino de aumentar el precio de los combustibles en las zonas fronterizas a todos los automóviles con patente extranjera.
La iniciativa que anunció ayer el secretario de Energía del país vecino, Daniel Cameron, apunta a palear el exceso de demanda de combustible que existe en las zonas limítrofes debido al bajo precio del producto en Argentina. El atractivo de las gasolineras trasandinas radica en que los combustibles cuestan 40% menos que el precio al que comúnmente se vende en las estaciones de servicio en Brasil y Chile.
Esto ha motivado que una serie de vehículos – especialmente brasileros- ingrese al país con tanques adicionales que son cargados con bencina antes de regresar a la nación de orígen, en una especie de «comercio hormiga».
La medida se recibió con reacciones dispares de parte del gobierno chileno.
Por un lado el Canciller Alejandro Foxley fue duro en su postura, asegurando que la medida afecta la integración: «Eso sería una discriminación que no veríamos como un gesto particularmente integracionista desde el punto de vista argentino y, por lo tanto, contradictorio con el mensaje que hemos recibido del Presidente Kirchner, donde se compromete a facilitar la integración entre dos países y no a dificultarla».
Una posición más conciliadora presentó el vocero de Gobierno, Ricardo Lagos Weber, quien dijo que Argentina está en todo el derecho de aplicar la medida, al ser ésta de carácter doméstico. Aseguró que nuestro país aún no recibía información oficial sobre la materia.
La ministra de Minería y Energía Karen Poniachik también reaccionó con mesura afirmando que «no es una medida contra Chile», luego de reunirse con Cameron en Buenos Aires.
En tanto, parlamentarios pidieron al Gobierno una posición dura. «Llegar al hecho de colocarle impuestos especiales a los países extranjeros es inaceptable y requiere energía para recurrir a organismos internacionales (…) Si la OMC no tiene nada que decir al respecto, quiere decir que Argentina puede decir cualquier cosa», aseguró el senador UDI Juan Antonio Coloma.
Frente a esto Foxley aseguró que analizarán la disposición argentina y que luego estudiarán si toman medidas o no.
El diputado Jaime Mulet (DC) aseguró que el escenario es «preocupante». «Estamos en una situación muy complicada en lo comercial y que, obviamente, puede derivar en complicaciones políticas».
En nuestro país la zona fronteriza que está más cercana a los gasolineras trasandinas es Magallanes. Esta localidad sería probablemente la chilena más afectada por la nueva norma.
Fuente: Emol.