Argentina y Bolivia llegaron a un acuerdo para elevar los precios de exportación de gas natural desde el país altiplánico hacia la nación trasandina.
Este hecho tiene a las autoridades chilenas en alerta extrema, porque el gobierno de Néstor Kirchner aceptó la petición expresa formulada por Evo Morales para incluir una cláusula que impida a Argentina redireccionar gas boliviano hacia terceros países, incluido Chile.
Esto abre un nuevo escenario de conflicto entre los tres países, ya que si bien en el papel el gas boliviano no llega a Chile, en la práctica hoy sí llega fluído del país altiplánico al Sistema Interconectado del Norte Grande (SING) a través de Argentina.
Por eso, el Gobierno chileno adoptó una posición de mayor firmeza frente a las intenciones bolivianas de intervenir en el modo en que Argentina exporta gas a nuestro país.
El canciller, Alejandro Foxley, fue tajante y dijo que el suministro de gas a nuestro país «no va a estar sujeto a ninguna restricción impuesta por un tercer país (Bolivia)» y luego enfatizó que el tema del gas se trata de un asunto exclusivamente bilateral con Argentina.
«Si tenemos problemas de abastecimiento de gas se va a resolver en conversaciones con el Gobierno argentino», dijo.
Pero el ministro no se quedó allí y también mandó un mensaje directo a las autoridades bolivianas. Dijo que espera que Bolivia entienda que Chile tiene interés y está trabajando seriamente con ellos para tener una agenda bilateral de conversación para avanzar en un proyecto común, pero que para que ello ocurra es «indispensable mantener un tono de sobriedad», de serenidad y que ninguna política del país vecino pueda significar un acto que no sea bienvenido en el otro país.
El nuevo acuerdo entre Bolivia y Argentina -que compromete un nuevo precio del gas de unos US,5 el millón de BTU-, pone en alerta a nuestro país, cuyo Sistema Interconectado del Norte Grande (SING) se abastece de gas desde el norte de Argentina, el que a su vez recibe el combustible desde Bolivia.
Las principales afectadas por los posibles nuevos cortes de combustible serían las grandes mineras, las que representan cerca del 90% del total de consumo del sistema (ver tema relacionado).
Si bien hasta hace un mes la reventa de gas boliviano desde Argentina a Chile era sólo un secreto a voces, el propio Presidente Kirchner confirmó la triangulación energética, y apuntó a que Chile debería hacerse cargo de los mayores precios que ahora pagará Argentina por el gas boliviano, el que también aumentará en su volumen, de 7 millones a 20 millones de metros cúbicos.
El factor Kirchner
En este escenario, y para garantizar el origen «argentino» del gas que llega a Chile, las empresas que exportan el combustible a territorio nacional deberán certificar el origen del fluido mediante una declaración jurada.
«Se han tomado las medidas para garantizar que el gas boliviano sea utilizado en la Argentina y para beneficio de la Argentina», comentan desde el país trasandino.
Mientras, otro aspecto que contempla el acuerdo apunta a que Argentina no podrá enviar más gas que el que hoy tiene pactado con Chile, vale decir un máximo de 30 millones de metros cúbicos diarios.
Sin embargo, aunque el pacto con Argentina contempla esta cifra, los cada vez más duros cortes de suministro hacen que hoy en la práctica sólo se estén enviando poco menos de 18 millones de metros cúbicos diarios, en promedio.
Pero el tema no queda allí, sino que el acuerdo de Kirchner con Morales -que se firmará el 29 de junio- trae aparejado un factor adicional: la molestia de Brasil. Las nuevas tarifas contempladas entre Argentina y Bolivia ponen presión al Gobierno de Lula da Silva y una suerte de «piso» para las tarifas del gas desde el país altiplánico.
Mineras en alerta: afinan plan de emergencia con eléctricas
Cupreras no ven posible que se interrumpa la producción, pero preparan plan para enfrentar cortes totales de gas argentino.
La situación en el norte puede volverse crítica: el 90% del consumo energético del SING corresponde al sector minero y el abastecimiento de la zona depende en gran parte del gas que envía Argentina.
Por ello es que hoy las grandes empresas -a través del Consejo Minero- se están preparando para negociar con las eléctricas posibles soluciones al problema que, prevén, se viene con fuerza: una crisis casi total de abastecimiento de gas.
Más aún, si con anterioridad las mineras no estaban dispuestas a ayudar a GasAtacama -quien es la más complicada por el desabastecimiento de gas y ha debido asumir mayores costos por el uso de carbón y diésel- hoy las cosas cambiaron.
Ponen sus límites, pero reconocen que tras la realización de la prueba energética programada para este mes, esperan poder sentarse a negociar con la eléctrica alguna forma de disminuir los importantes costos financieros que le genera a GasAtacama sustituir el gas trasandino.
¿La fórmula? Renegociaciones de contratos que apunten a buscar salvaguardar de cierta forma la subsistencia de Gas Atacama en el mediano plazo.
Ello ya que varias compañías, al igual que BHP Billiton, piensan llamar a licitaciones para tener un suministro en base a carbón. Apuestan por la seguridad de abastecimiento energético y están dispuestas a asumir los costos que ello genera.
Un alto ejecutivo gremial reconoce que las mineras están preocupadas, ya que a pesar que la producción en ningún momento se verá amenazada, la subsistencia de varios actores dentro del sistema es algo que quieren garantizar.
Por ello estarían dispuestas a buscar alternativas. Esto sin que ello signifique subsidiar a Gas Atacama u otra eléctrica.
A la vez otro factor que les preocupa, apunta al posible costo político que genera la actual situación en el norte grande. Por ello se asegura que quieren evitar que el Gobierno les traspase el costo que significa posibles riesgos en el suministro a clientes regulados.
Fuente: Emol.