Buses Vule y la electromovilidad: la infraestructura vial para este tipo de buses no está preparada
Roberto Barros, subgerente de Operaciones de la empresa, detalla los desafíos que ha implicado la conformación de su flota eléctrica, que proyecta ascienda a 200 vehículos el año 2021.
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Una de las postales más representativas del avance de la electromovilidad en Chile son los buses eléctricos que cada vez es posible ver transitar más en mayor cantidad por las calles de la Región Metropolitana, un proceso que no ha estado exento de historias que ilustran el desafío técnico que conllevan estas nuevas tecnologías.
Es así como Roberto Barros, subgerente de Operaciones de Buses Vule, recuerda que “la primera vez que cargamos el bus eléctrico, cortamos la luz del barrio entero. Al segundo día, se la cortamos igual otra vez”, reflejando la importancia de contar con una infraestructura capaz de sustentar el suministro eléctrico de las máquinas.
Al respecto, menciona que “el principal problema es la burocracia para obtener los megawatts que necesitamos. Yo dije que nuestro electroterminal es el más grande Sudamérica, porque es de 6 MW, pero hasta el momento no tenemos eso, sino que 3,5 MW. Se nos prometió que en un futuro cercano lo vamos a tener, pero no es así. Esa es la dificultad más grande que hay que salvar, porque es una burocracia muy grande la que hay que seguir con las empresas eléctricas”.
Frente a esta situación, “requeriríamos ayuda del Estado para que se comprometiera más en ese sentido, para avanzar más rápido”, menciona el ejecutivo.
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Infraestructura y capacitación
Otro aspecto que condiciona el desarrollo de la electromovilidad se vincula con el hecho de si la ciudad está dieñada para las exigencias que posee el transporte eléctrico.
Roberto Barros considera que “la infraestructura vial para este tipo de buses no está preparada. El bus eléctrico piloto venía con la rueda más chica que la que se ve actualmente, dijimos que esa rueda iba a morir. El vehículo se nos desarmó a la semana de operación por los lomos de toro, porque los someto a los servicios más complicados desde el punto de vista vial. No se justifica si tengo un bus que está limitado a 50 kilómetros por hora, contar con un lomo de toro. Por lo tanto, eso se le ha dicho a la autoridad y en eso no se ha avanzado en nada”.
Pero el proceso que Buses Vule que está llevando a cabo en torno a la electromovilidad no se ha limitado a temas de infraestructura, sino que también a las personas que forman parte de la compañía.
Respecto a la capacitación de los conductores, el subgerente de Operaciones comenta que “hace años que les venimos sacando el chip amarillo, porque el que lo tiene de toda una vida, se lo cuesta sacar”, aludiendo a las antiguas micros amarillas que circulaban por Santiago.
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Barros destaca que “desde que empezamos con la movilidad eléctrica y lo subimos a todo lo del medio ambiente, la gente es más llana a capacitarse, le gusta hacerlo, porque le agrada conocer las cosas. Incluso traen a sus hijos porque son tecnológicamente más avanzados que ellos, y les dicen “escucha para que me enseñes en la casa”.
“Toda esa experiencia ha sido muy positiva y los conductores realmente han respondido de muy buena forma”, agrega el ejecutivo, quien resalta que los actuales 76 buses eléctricos que operan, “queremos llegar al año 2021 con 200 vehículos eléctricos”.