Madrid Central es un plan para descontaminar el centro de la ciudad española y consiste en restringir el uso de vehículos particulares en el casco histórico de la ciudad, que comprenderá 427 hectáreas, donde no habrá libre circulación. Solo podrán circular en este eje autos particulares cero emisiones, como los eléctricos, o ECO.

La intención del plan es reforzar el uso de la locomoción colectiva, la bicicleta, y otros medios de transporte, junto con beneficiar al peatón.

El día de su estreno, los mismos medios lo catalogaron como un “éxito cívico”. Desde el Ayuntamiento de Madrid (municipio), después de la primera jornada, compartieron algunas cifras: una reducción del tráfico en la zona de entre un 5,7% y un 31,8% entre las siete de la mañana y las siete de la tarde.

Los primeros planes de este tipo empezaron hace 20 años, en ciudades como Estocolmo o Londres. “Es una medida súper efectiva para disminuir el tráfico vehicular, porque se comporta de manera exponencial: si uno saca un pequeño porcentaje del tráfico, mejora muchísimo el flujo vehicular”, dijo a Emol el arquitecto y cofundador de Muévete, Tomás Echiburú.

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Agregó que “si uno va y le pregunta a alguien en el centro si está más feliz ahora que pasan menos autos, yo creo que la mayoría de los transeúntes va a decir que sí, porque las veredas son estrechas y vemos que los autos ocupan casi todo el espacio de la calle”.

Por otra parte, planteó una consideración, en Estocolmo, Londres y Madrid los niveles de desigualdad socioeconómica son menores. “La tarificación vial finalmente discrimina el acceso a la ciudad por capacidad de pago. Si vamos a hacer esto como una estrategia un poco a lo Robin Hood, donde aquellos que están dispuestos a pagar más lo hacen y esa plata la entregamos para dar una alternativa a aquellos que no pueden pagar, entonces sí sería positivo que se implemente”, señaló a Emol.

Los más afectados

Pero aparte de las auspiciosas proyecciones del ayuntamiento madrileño, hay otras voces que se han levantando criticando la iniciativa. Por ejemplo, la Plataforma de Afectados por Madrid Central ha asegurado que durante el último fin de semana se redujeron en más de un 10 % los consumidores por la entrada en vigor de esta medida. Es más, informaron que el próximo 13 de diciembre expresarán sus quejas en una reunión con la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena.

Otros problemas se generaron en la plataforma de comercio Amazon. Ahora, el Ayuntamiento de Madrid obliga a que toda empresa de reparto se inscriba en el registro de Distribución Urbana de Mercancías o DUM.

Las agrupaciones empresariales locales han conseguido que furgonetas y camiones de menos de 3.500 kg sin distintivo puedan repartir hasta el 31 de diciembre de 2019; de más de 3.500kg hasta la misma fecha de 2022; y con distintivo B hasta 2024.

Esta medida impacta directamente la posibilidad de que un repartidor particular de Amazon FLEX pueda acceder a Madrid Central. Eso sí, aún queda el resto de la ciudad y las otras tres ciudades de España en las que FLEX opera, aunque el centro de Madrid ya ha sido eliminado de Amazon FLEX.

A modo de curiosidad, Amazon podría haber sorteado este impedimento legal usando a los habitantes del centro de Madrid para que hicieran los repartos, ya que estos sí tienen permiso. Pero es una medida que de momento no ha llevado a cabo.

Imagen: gentileza RTVE