OPINIÓN: ¡Un mundo nuevo!

Andrés Barentin

Gerente GeneralDhemax Ingenieros SpA.

Al hablar de electromovilidad, no puedo evitar acordarme del año 2008. Corría julio, cuando de la Compañía Americana Multiservicios (CAM), me llamaron para que con mi equipo evaluáramos hacer un cargador para un vehículo eléctrico que estaba llegando. Fue así como al llegar, nos encontramos con un pequeño auto de corte city car, que se asemejaba a un carrito de golf potenciado y con carrocería. A partir de ese llamado, me he ido emocionando y frustrando al ver los avances y tumbos que da la electromovilidad en Chile y el mundo.

Desde ese día, con el equipo al que pertenezco, hemos seguido y participado en varios de los hitos de la introducción de los vehículos eléctricos, cosa que probablemente hagamos por muchos años más. Desde ese lugar veo un mundo nuevo a explorar, ya que…

¡Acá en nuestro país, en la esquina sur de Latinoamérica, están sucediendo cosas!

Dentro de esos hitos, puedo decir con orgullo que además de contar nuestro país con la flota más grande del mundo de buses eléctricos fuera de China, parte de esa flota de buses hoy carga gracias a un sistema de gestión de energía concebido, diseñado, desarrollado e implementado en Chile, cosa incipiente en otros lugares del mundo aún.

Incluso hoy a través de los medios es posible ver como existe una red de recarga para vehículos, que abarca desde Marbella hasta Concepción, siendo la red más larga de Latinoamérica.

Y a lo mejor con menos bombos y platillos, Chile ya cuenta con emprendimientos dedicados transformación de vehículos y buses convencionales a eléctricos, emprendedores con ideas de redefinir modelos de transporte y empresas con potente enfoque en electromovilidad.

Todos los hitos que hemos presenciado en el último tiempo y una comunidad de emprendedores, empresarios, autoridades y soñadores, nos ponen a la cabeza de la electromovilidad en Latinoamérica y en una posición aventajada en el mundo.

Solo falta que nos demos cuenta de que el cobre y litio como materias primas son importantes, pero reemplazables, como el salitre lo fue.

Con esto en mente es importante que las autoridades y grupos empresariales mantengan una política de fomento a las soluciones con valor agregado, que en este rubro al menos, nos alejen de una economía meramente extractiva y nos permita hacer más, que solo importar soluciones.