H2: Un nuevo combustible para el presente de la industria

Lars Metkemeyer

Technical Business Development – Centro de Tecnologías para la Energía Solar Fraunhofer Chile.

En Chile ya no es un secreto que el hidrógeno verde ofrece una gran oportunidad para descarbonizar el país y agregar valor industrial, debido al bajo costo que tiene la generación de suministro energético a través de energía solar fotovoltaica – que llegan hasta <20 USD/MWh-, la cual representa la mayoría del costo de la producción del hidrógeno. Por eso hoy se denomina a Chile como “hidden champion”.

Hasta este momento la energía en la industria minera fue externalizada mayormente a través de servicios a terceros y no como factor integral en los procesos. Pero ahora el juego y el rol de energía ha cambiado para la industria, porque para lograr las metas de carbono neutral al 2050 se debe sustituir los grandes volúmenes de diferentes combustibles fósiles en todos los procesos y eso solo será posible a través del hidrógeno como vector integral, porque sustituir la energía química a través de otros tipos de portadores a corto y medio plazo sería imposible por razones de costos, restricciones tecnológicas y consideraciones de la infraestructura.

En Alemania, el Instituto Fraunhofer ISE demostró en la práctica que a través de diferentes cadenas de valor tales como: Power-to-Gas (P-t-G), Power-to-X (P-t-X) y Power-to-Liquid (P-t-L) se logra suministrar mediante moléculas de Hidrógeno, electricidad y combustibles limpios de manera estable a diferentes aplicaciones industriales. Las tecnologías existen, y para el futuro, se pueden esperar nuevas reducciones de costos para materiales y componentes, del costo de generación de energías verde y efectos de economía de escala, de manera que los proyectos de hidrógeno se vuelvan más competitivos.

El potencial existe pero, ¿cómo empujar y realizar proyectos ahora ya? Para lograr este objetivo creo que es esencial considerar una etapa de transición y analizar las condiciones generales del lugar de emplazamiento, la infraestructura existente y además analizar el costo del servicio y producto que se encuentra en cada segmento y aplicación final del mercado. En el “segmento de vehículos pesados”, por ejemplo, al reducir el costo de las pilas de combustible a 95 dólares/kW se necesitan costos de producción de hidrógeno solo de 5 dólares por kilogramo para que sean competitivos (esto tomando como referencia un camión de motor diésel), destaca un estudio de la Agencia Internacional de Energía IEA. En Chile está condición ya se puede cumplir.

En la etapa de transición los combustibles sintéticos producido a través de energías renovables e hidrógeno, como el metano, el metanol o el amoniaco, etc., como parte de la estrategia P-t-X, pueden asumir un rol clave para disminuir las emisiones de CO2 a corto y mediano plazo, porque es capaz de usar la infraestructura existente como tuberías, estaciones de servicios, calderas y motores de combustión interna para reducir los costos. Como portadores de energía química tendrán un rol clave para almacenar energía de grandes volúmenes a largo plazo y transportarla a largas distancias en el futuro.

Los principales desafíos a nivel de desarrollo tecnológico son la transferencia y adaptación de estas tecnologías a las condiciones chilenas, su difusión y la búsqueda de cooperación, y esto ojalá acompañado de una mayor inversión gubernamental en proyectos de investigación y desarrollo. En el Centro Tecnológico de Energía Solar de Fraunhofer Chile queremos contribuir a resolver estos desafíos.