Electromovilidad: un desafío pendiente

Javier Gómez

gerente División Automotriz de Nuevo Capital.

En los últimos años, nuestro país se ha convertido en un referente en electromovilidad dentro de Latinoamérica, tanto por la incorporación de buses eléctricos al sistema de transporte urbano, como por el desarrollo de infraestructura de carga. Pese a esto, aún nos queda un gran camino por recorrer para cumplir con el desafío país en que el 40% de los vehículos particulares sean eléctricos para el 2050.

Un desafío no menor que involucra el compromiso de múltiples actores, entre ellos la ciudadanía. En este sentido, es necesario que desde el mundo público y privado, exista un plan de incentivos para que más chilenos adopten esta nueva modalidad de transporte. Cifras de la Asociación Nacional Automotriz de Chile, ANAC, han corroborado el impacto de la electromovilidad en nuestro país, puesto que, en lo que va del año, las ventas de vehículos 100% eléctricos han aumentado un 64%, respecto al 2018. Dicho de otra manera, 288 autos cero emisión transitan en la capital. No obstante, sigue siendo una cifra baja en comparación con el parque automotriz nacional.

Casi no existen dudas sobre los beneficios de la electromovilidad y la oportunidad que representa para Chile, puesto que son más eficientes y menos costosos al contar con baterías con mayor capacidad de carga y mantenciones hasta un 70% más económicas; ayudan a reducir la emisiones de los gases efecto invernadero y a la contaminación acústica, ya que son menos ruidosos. Sin embargo, una de las principales barreras para acceder a esta tecnología son los precios de venta de estos automóviles, los cuales llegan a ser hasta un 20% más caros que los autos de combustión. Una realidad que implicaría que muchos chilenos se queden fuera de esta tendencia sustentable.

Creo que en el corto plazo debiéramos contar con iniciativas que promuevan el uso de vehículos eléctricos, tales como opciones de financiamiento con condiciones preferenciales; rebaja en permisos, beneficios tributarios concretos, entre otras medidas, que pueden marcar la diferencia a la hora de elegir entre un vehículo cero emisión (eléctrico) o tradicional, entendiendo el impacto que esta opción puede aportar al planeta y a la salud de las personas.

Para esto, necesitamos el compromiso de todos los actores involucrados para impulsar este cambio cultural e ir dejando atrás los combustibles fósiles y, de esta manera, contribuir a mejorar las condiciones de vida de miles de personas, en especial, en ciudades con altas tasas de contaminación como es el caso de Santiago, situación que actualmente afecta a los grupos de mayor riesgo como son los niños, ancianos y embarazadas.