El desafío de la electromovilidad

Cristian Hermansen

Es director ejecutivo de ACTIC Consultores Ltda. Ha sido presidente del Colegio de Ingenieros de Chile A.G.

El desafío es generar el desarrollo y consolidación de una industria nacional, capaz de aportar innovación, valor y nuevas tecnologías, en el desarrollo de la electromovilidad y sus actividades asociadas, para mantenerse competitiva posicionando a nuestro país como actor relevante en la elaboración de productos y servicios, a nivel nacional e internacional.

El desafío principal no es la fabricación de autos eléctricos en el país o la fabricación de baterías de litio, a lo menos en el corto plazo, sino el desarrollo de los servicios e industrias anexas que permitan y faciliten la movilidad eléctrica para personas, transporte público y transporte de carga.

Debemos enfrentar el cambio climático, por lo que es prioritario el reemplazo de los vehículos con combustibles fósiles por vehículos eléctricos que emiten una cantidad menor de CO2 y utilizan electricidad generada por centrales renovables. Recordemos que Chile es un país vulnerable a los efectos del cambio climático, basta recordar  incendios forestales en el sur, aluviones en el norte, marejadas, entre algunos de los fenómenos que han afectado en los últimos meses.

El  desafío inmediato es ampliar los puntos de carga de baterías,  tanto en puntos de carga públicos proporcionados por empresas eléctricas y por empresas de combustibles, con cobertura geográfica en cada ciudad y también en carreteras suburbanas, como también un mercado de cargadores para casas y oficinas o en edificios de estacionamientos.

Para facilitar el desarrollo de este mercado es conveniente la compatibilidad de los cargadores para promover el mercado de servicio de carga y de venta de equipos y eliminar barreras de entrada para empresas con nuevos modelos de negocio que aprovechen el tiempo de espera de carga para ofrecer otros servicios a los usuarios, por ejemplo, en los centros comerciales.

En el futuro inmediato se produce una masificación de los vehículos eléctricos con mayor autonomía y menor costo de mantenimiento, que permite usar estos vehículos como almacenamiento de energía y vender esta electricidad al sistema eléctrico en horas que no se utilice el vehículo, por lo cual se debe a la brevedad desarrollar una regulación simple para permitir a estos usuarios comercializar este almacenamiento de electricidad  con reglas claras y un sistema de pago expedito.

También se debe incluir en las normas de edificación la inclusión de puntos de carga de vehículos de acuerdo con la cantidad de estacionamientos de edificios habitacionales y de oficinas.

No se debe olvidar avanzar  en los planes y programas de formación de técnicos y profesionales, que serán los encargados de desarrollar la electromovilidad y todas sus actividades anexas.

La electromovilidad no es solamente autos eléctricos, también incluye bicicletas eléctricas, scooters eléctricos, motos eléctricas y vehículos de carga liviana y pesada y de transporte de pasajeros, tanto en ciudades como en carreteras. Esta presencia de vehículos eléctricos requiere una coordinación de las políticas de transporte para un mejor desarrollo y beneficio de la comunidad.