Las nuevas tecnologías en el ámbito energético han motivado a plantear modificaciones en regulaciones. Por ejemplo, en el caso de la distribución energética, los sistema de carga bidireccionales vehículo a la red (V2G) modifican el concepto de consumidor, ampliándolo a la idea de prosumidor. Esto por la capacidad que tiene este sistema, permitiendo que la batería de un vehículo eléctrico no sólo pueda  recibir energía desde la red, sino que pueda también entregarla.

Este-entre otros- fue uno de los temas abordados en el seminario: Desafíos de la Electromovilidad en Chile, organizado por el Instituto de Sistemas Complejos de Ingeniería (ISCI), el Departamento de Ingeniería Mecánica de la Universidad de Chile y el Centro de Energía de la misma casa de estudios.

Electromovilidad y distribución

La profesional de la División de Mercados Energéticos del Ministerio de Energía, Daniela Soler, explicó en el evento que desde el gobierno están considerando las nuevas tecnologías en la futura Ley de distribución. Puntualmente abordan esta temática considerando que el sistema de distribución está mutando con mayor penetración energía renovable variable y generación distribuida. A esto se suma almacenamiento a gran escala, el internet de las cosas y la electromovilidad.

“En este contexto el sistema distribución se vuelve un habilitante para que todas estas interacciones sean posibles”, sostuvo Soler. Lo anterior vuelve más complejo el sistema, lo que conlleva a una revisión técnica y jurídica del mismo.

Nuevos actores y roles

El Ministerio de Energía contempla tres pilares para esta discusión:

• Nuevos actores y roles.
• Valorización y remuneración de las redes.
• Cálculo de las tarifas de distribución.

La profesional de la División de Mercados Energéticos enfatiza que esperan definir cuatro actores. Lo anterior en vista que las “empresas distribuidoras no tienen muchos incentivos para ofrecer distintos productos al consumidor. Básicamente, a la distribuidora se le paga por MW suministrado, por lo tanto no hay mayor interés en programas de eficiencia energética o que el usuario tenga su propia generación”, explica.

Por eso, en primer lugar consideran la figura del comercializador, con el objetivo de introducir competencia en forma gradual, más allá de las distribuidoras. En segundo lugar plantean el gestor de servicios energéticos tal como en el modelo ESCO, donde se hacen instalaciones de eficiencia energética y el pago de la inversión se realiza mediante los ahorros que se le generan al usuario.

En tercer lugar están considerando los agregadores de recursos energéticos distribuidos. La idea es que este tipo de actor en particular es que pueda gestionar demanda en la carga de vehículos eléctricos y sistemas de almacenamiento en distribución.

Por último planean definir la figura de un gestor de información independiente, para ampliar el acceso a datos más allá de las distribuidoras.

De acuerdo con Daniela Soler, “el objetivo de estas medidas es reducir las barreras de entrada para los actores interesados -por ejemplo- en el desarrollo de la infraestructura de carga. Creo que tienen muchas dificultadas para entrar si no son las mismas distribuidoras”, concluye.