EY: La movilidad eléctrica tiene la capacidad de reducir tanto los gastos de capital como los gastos operativos

El futuro en las minas requiere un cambio de pensamiento cultural desde las tecnologías conocidas, analizan desde la firma.


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Paul Mitchell, líder global de EY en Minería y Metales, tiene puesta la mirada en dar respuesta a los desafíos globales de la industria. Desde su mirada, “en la transición hacia la minería inteligente, las empresas deben desarrollar una visión digital clara, enfocada en el valor, y una hoja de ruta accionable que comenzará con una evaluación integral de la madurez digital y organizacional, para determinar las capacidades actuales de la empresa y las brechas a cubrir para llegar a su potencial”.

El ejecutivo plantea que Chile sigue siendo uno de los destinos más atractivos para la minería del cobre. Sin embargo, y retomando el punto inicial, advierte que la baja de productividad del sector genera una fuerte necesidad de adoptar un enfoque innovador, respaldado por tecnologías digitales.

En una reciente visita al país, el especialista analizó que “la innovación en el suministro de energía a las minas ha sido lenta, aunque con los costos de tecnología a la baja ha habido un consumo acelerado de recursos de energía distribuida, y creemos que habrá un impacto importante sobre las renovables”.

El aporte de la electromovilidad

“En la medida que las minas lleguen a ser más complejas y las operaciones mineras sigan extrayendo minerales a niveles más profundos, la movilidad eléctrica tiene la capacidad de reducir tanto los gastos de capital como los gastos operativos debido a requerimientos de ventilación menores, lo que correspondía tradicionalmente a un 40% del consumo de energía en la minería subterránea”, declaró Mitchell.

Para el especialista de EY, una mejor calidad de aire y menor nivel de ruido con vehículos eléctricos también aseguran un ambiente laboral más seguro y mejor para los mineros.

“La aceptación rápida de la movilidad eléctrica -agrega-, también verá mayor colaboración entre los mineros, los OEM, gobiernos e industrias previamente no relacionadas, como los fabricantes de baterías y las automotoras, para integrar la electrificación minera de manera exitosa. Los avances en la movilidad eléctrica no solo impulsarán la demanda de materias primas del nuevo mundo, como el litio y cobalto, sino también el uso de metales reciclados”.

Finalmente, Paul Mitchell comentó que aunque el futuro de la movilidad eléctrica en las minas requiere un cambio de pensamiento cultural desde las tecnologías conocidas y probadas hacia las tecnologías emergentes, “creemos que la adopción llegará antes de lo que dicen los expertos, y de manera similar, la demanda de energía renovable seguirá creciendo”.