Electromovilidad: México también despega

Esta institución lleva más de dos décadas orientada al desarrollo de vehículos eléctricos, junto con el estudio de elementos claves como baterías y cargadores.


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En el rápido avance que muestra la electromovilidad a nivel global, es relevante la contribución que han realizado las empresas automotrices, pero también los esfuerzos que en materia de I+D realizan las universidades.

En esa línea, es interesante destacar el caso de la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam), que a través de sus institutos de Ingeniería (II) y de Energías Renovables (IER), apuesta al desarrollo de esta área. Es así, con la experiencia de más de dos décadas, el II busca soluciones de alta calidad para obtener, a menor costo, autos eléctricos, híbridos o convertidos.

En la actualidad, son cientos los vehículos netamente eléctricos que circulan por territorio mexicano; en el caso de los híbridos, la cifra está en el orden de los miles, “pero crecerán rápidamente, aunque por muchos años se contará con vehículos de combustión interna”, señaló Germán Carmona, investigador del Instituto de Ingeniería.

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El académico comentó que en 1993 inició el Programa de Desarrollo de Vehículos Eléctricos e Híbridos del II; desde entonces, el mayor esfuerzo se ha enfocado al diseño original de minibuses a batería, vehículos de carga ligera, así como a estudios de baterías y desarrollo de cargadores y controladores electrónicos.

Algunos ejemplos son, entre otros, un minibús de transporte urbano para 30 pasajeros, construido sobre un chasís de materiales compuestos, con frenado regenerativo hidroneumático; “Electrobús”, un segundo minibús con carrocería tipo monocasco, de materiales compuestos, desarrollado sobre un chasís convencional con sistema economizador de energía para la dirección hidráulica; y el Vehículo Eléctrico de Reparto, diseño y construcción de prototipo de carga ligera.

Por su parte, Antonio del Río, director del IER, relató que trabajan en el desarrollo de mejores baterías de litio, supercapacitores y materiales para almacenar electricidad, que además pueda ser liberada rápidamente.

“Hablamos de energía por unidad de tiempo, de flujos de energía que pasan por unos cables pequeños, que si no son diseñados adecuadamente se derretirán. Es uno de los retos que tiene la comunidad científica y sería importante la colaboración, porque sí es posible avanzar tecnológicamente en México”, concluyó.