El desafío de acoplar la carga de las baterías a la infraestructrura para la electromovilidad es uno de los principales desafíos que advierte Sebastián Henríquez, gerente comercial de Super Soco, uno de los actuales proveedores de motos eléctricas en el mercado nacional, donde ya se han logrado vender las primeras unidades, en lo que el ejecutivo proyecta un incremento de la demanda, debido a los avances que muestra la movilidad eléctrica en el país, de la mano de las iniciativas público-privadas que se están impulsando.

La empresa estuvo presente en la VI Cena Anual de las Energías Renovables, que realizó la Asociación Chilena de Energías Renovables y Almacenamiento (Acera A.G.), junto al Consejo Geotérmico y a la Asociación Nacional de Empresas de Eficiencia Energética.

El ejecutivo señala que actualmente se encuentran trabajando “para poder acoplar la carga de estas motos en los puntos de carga instalados en lugares públicos”, agregando que este es un paso clave para aumentar el uso de estos vehículos en el mercado local.

“Hay que considerar que Chile tiene la meta de que el 100% del transporte público urbano sea eléctrico al 2040, y nos estamos moviendo en esa línea, por lo que estas motos también son un herramienta para contribuir al objetivo de reducir las emisiones de vehículos a combustión fósil”, precisa Henríquez.

Modelo

En la Cena Anual Super Soco exhibió tres modelos de motos eléctricas que se encuentran disponibles en el mercado nacional. “Estas motos tienen autonomías van desde los 80 kilómetros con hora con una sola batería, las cuales son extraíbles y están hechas de litio que se cargan directamente a las corrientes de 220 v, con una duración entre seis y siete horas”, afirma.

“La tecnología de la baterías es que tienen una vida útil de 800 ciclos, siendo que estos dispositivos tienen un promedio de 600 ciclos, además de que se pueden recargar en las conexiones de 220 voltios que están dentro de los hogares.