¿Están las bicicletas eléctricas en la mira?

A nivel internacional están surgiendo grupos ciudadanos que se quejan de la velocidad máxima permitida o los lugares por los que pueden transitar. Y los gobiernos ya están preparan cambios regulatorios.


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Las ciclovías son parte cada vez más habitual de las ciudades, en particular en Santiago. El uso de las bicicletas y otros vehículos ligeros han adquirido tal popularidad en nuestro país que hoy resulta difícil imaginar el paisaje urbano sin ellos.

Chile no es un caso aislado a nivel internacional. Sin embargo, en otros países los organismos regulatorios han comenzado a mirar con otros ojos el uso y funcionamiento de estos. Por ejemplo, en España la local Dirección General de Tráfico está preparando un cambio al Reglamento General de Circulación, el cual normará el uso de los scooters y  bicicletas eléctricas. Algunos especialistas estiman que estos vehículos pueden verse perjudicados.

Las bicicletas eléctricas llevan acoplada una batería para darle apoyo adicional en su avance en algunas circunstancias. En general cuentan con una autonomía de entre 30 y 60 kilómetros y, en la actualidad, son consideradas como bicicletas corrientes siempre y cuando cumplen las condiciones siguientes:

  • Su potencia no supera los 250 vatios
  • El motor se desconecta a partir de 25 kilómetros/hora
  • El peso no debe exceder de los 40 kilogramos
  • Sólo proporcionan energía cuando se pedalea

En su momento algunos municipios, como Barcelona, crearon planes de apoyo para este medio con una subvención de 250 euros para quien adquiriera una e-bike pero, últimamente, otras grandes ciudades han visto una proliferación de scooters, que no tienen todavía una ley reguladora.

Ciudadanos levantan la voz

En España esta situación ha provocado numerosas quejas de ciudadanos y otros grupos organizados a efecto de velocidad máxima permitida o los lugares por los que pueden transitar estos vehículos. Por ello, la Dirección General de Tráfico está analizan un proyecto de modificación del Reglamento General de Circulación por el cuál, los usuarios de estos vehículos de movilidad personal deberán contar con una licencia obligatoria para poder circular, a fin de estar identificados y restringir su uso en caso necesario.

El problema, según la Asociación de Marcas y Bicicletas de España es que la DGT pretende incluir a las bicicletas eléctricas en ese grupo regulado lo que, de llegar a ocurrir, supondrá un “gran paso atrás” para este sector en alza y “un impedimento para que ciudadanos  circulen libremente por nuestro país con sus e-bike”, en palabras AMBE.